Una vez nos fuimos a la playa. Era verano y nos gusta disfrutar del agua. Era la playa de la Fosca en Palamós (Costa Brava). Era un día brillante y caluroso y la mar tenía un color especialmente esmeralda. Estábamos encantados así que extendimos las toallas y nos dispusimos a tomar un poco el sol. Cuando...¡de repente! la loca de Raimunda (la gaviota) va y nos ataca.
¡Hala! ¡Otra que es corta de vista! esta vez se llevó a Pollito y luego tuve que ir a buscarle a la roca de su nido.
Otra de las veces decidimos irnos a un restaurante a picotear alguna cosilla. La cosa pintaba bien, era uno de esos restaurantes de comida de diseño, con lámparas elegantes y camareros bien planchados. No nos habían traído aún la carta cuando de repente algo pasó que acabamos en el plato de un señor...